Epicondilopatía: qué es, causas, tratamientos y cómo prevenirla

La epicondilopatía, comúnmente conocida como «codo de tenista», es una de las lesiones más frecuentes en personas que realizan movimientos repetitivos con el brazo y la muñeca. Aunque está asociada al tenis, afecta a personas de diversas profesiones y actividades cotidianas, como quienes trabajan en oficina, realizan labores manuales o deportes como golf o remo. Si alguna vez has experimentado dolor en la parte externa del codo al mover la muñeca o levantar objetos, es posible que estés enfrentando esta condición.

En este artículo exploraremos en detalle qué es la epicondilopatía, sus causas, síntomas y los mejores tratamientos, incluyendo fisioterapia. Además, abordaremos consejos prácticos para prevenirla y cómo manejarla de manera efectiva si ya la estás experimentando.

¿Qué es la epicondilopatía?

codo de tenista
Problemas de mala postura por uso prolongado de dispositivos móviles

La epicondilopatía es una lesión que afecta los tendones que se unen al epicóndilo lateral, la prominencia ósea en la parte externa del codo. Estos tendones, que forman parte de los músculos extensores del antebrazo, se encargan de realizar movimientos como la extensión de la muñeca y la supinación del antebrazo (girar la palma hacia arriba).

Cuando estos tendones se sobrecargan o lesionan, pueden inflamarse, desgarrarse parcialmente o desarrollar microlesiones crónicas, lo que causa dolor, debilidad y limitación funcional en el brazo afectado.

 

Causas de la epicondilopatía

La epicondilopatía suele desarrollarse debido a movimientos repetitivos o sobrecarga, aunque hay otros factores que pueden contribuir. Estas son las causas más comunes:

  1. Movimientos repetitivos:

    • Actividades como escribir en el teclado, usar herramientas manuales o practicar deportes de raqueta pueden sobrecargar los tendones.
    • En el tenis, los golpes mal ejecutados o el uso de raquetas inadecuadas son factores frecuentes.
  2. Sobrecarga muscular:

    • Levantar objetos pesados o realizar movimientos que exigen fuerza excesiva en la muñeca pueden dañar los tendones extensores.
  3. Falta de preparación física:

    • La debilidad en los músculos del antebrazo aumenta la probabilidad de desarrollar esta lesión.
  4. Factores biomecánicos:

    • Una mala técnica en el deporte, postura incorrecta o desequilibrios musculares en el brazo y la muñeca pueden contribuir al problema.
  5. Edad y desgaste:

    • A partir de los 30-40 años, los tendones pierden elasticidad y capacidad regenerativa, aumentando el riesgo de lesiones crónicas.

 

Síntomas de la epicondilopatía

El síntoma principal de la epicondilopatía es el dolor en la parte externa del codo, que puede variar en intensidad dependiendo de la gravedad de la lesión. Otros signos característicos incluyen:

  1. Dolor localizado:

    • Se siente en el epicóndilo lateral, especialmente al presionar la zona.
    • Puede irradiarse hacia el antebrazo y la muñeca.
  2. Debilidad en el brazo afectado:

    • Dificultad para levantar objetos o realizar tareas como girar una llave o abrir un frasco.
  3. Limitación funcional:

    • Movimientos como estirar el brazo, levantar la muñeca o agarrar cosas firmemente pueden resultar dolorosos.
  4. Rigidez matutina:

    • Sensación de rigidez o incomodidad en el codo al despertar.

 

Cómo se diagnostica la epicondilopatía

El diagnóstico suele realizarse mediante una evaluación clínica detallada. Un fisioterapeuta o médico revisará el historial de síntomas, evaluará los movimientos y realizará pruebas específicas, como:

  • Prueba de Cozen: Se pide al paciente que extienda la muñeca contra resistencia mientras el codo está extendido. Si hay dolor en el epicóndilo, es probable que se trate de epicondilopatía.
  • Prueba de Mill: Estiramiento pasivo de los músculos extensores del antebrazo para identificar dolor o tensión.

En casos más avanzados, se pueden utilizar estudios de imagen como ecografías o resonancias magnéticas para evaluar el estado de los tendones.

Tratamientos para la epicondilopatía

El tratamiento depende de la gravedad de la lesión y puede incluir tanto opciones conservadoras como, en casos extremos, quirúrgicas. A continuación, detallamos las más utilizadas:

1. Tratamiento Conservador

La mayoría de los casos de epicondilopatía pueden manejarse sin cirugía, utilizando una combinación de reposo, fisioterapia y ejercicios específicos.

  • Reposo relativo:

    • Evitar las actividades que agravan el dolor, pero sin inmovilizar completamente el brazo.
    • Usar soportes o férulas para reducir la tensión en los tendones.
  • Aplicación de frío y calor:

    • El frío ayuda a reducir la inflamación en las primeras etapas, mientras que el calor es útil para relajar los músculos en fases más crónicas.
  • Fisioterapia:

    • Terapia manual: Técnicas de masaje y movilización para aliviar tensiones y mejorar la circulación.
    • Punción seca: Libera puntos de tensión en los músculos asociados.
    • Ejercicios excéntricos: Este tipo de ejercicio fortalece los tendones y mejora su capacidad regenerativa.
    • Electroterapia: Ultrasonidos o corrientes de baja frecuencia pueden reducir el dolor y estimular la regeneración.

Tratamientos avanzados

  • Ondas de choque extracorpóreas (ESWT):

    • Una técnica que utiliza pulsos de alta energía para estimular la reparación de tejidos y reducir el dolor crónico.
  • Terapia con INDIBA:

    • Estimula la regeneración de tejidos mediante el uso de radiofrecuencia.
  • Infiltraciones:

    • En casos más avanzados, se pueden aplicar infiltraciones de corticoides o plasma rico en plaquetas (PRP) para reducir la inflamación y acelerar la curación.

Cirugía (Casos raros)

Cuando los tratamientos conservadores no logran aliviar los síntomas después de varios meses, puede ser necesaria una intervención quirúrgica para reparar los tendones dañados o eliminar tejido inflamado.

Consejos prácticos para prevenir la epicondilopatía

Aunque esta lesión puede ser molesta, muchas veces es prevenible con algunos ajustes en tus actividades diarias y deportivas. Aquí tienes algunas recomendaciones:

  1. Fortalece los músculos del antebrazo:

    • Realiza ejercicios específicos para aumentar la resistencia y reducir la carga sobre los tendones.
  2. Mejora tu técnica:

    • Si practicas deportes de raqueta, asegúrate de usar una técnica adecuada y equipo ajustado a tus necesidades.
  3. Mantén una buena postura:

    • En el trabajo, ajusta tu escritorio y teclado para minimizar el esfuerzo en los brazos.
  4. Incorpora pausas activas:

    • Si realizas tareas repetitivas, haz descansos frecuentes para relajar los músculos.
  5. Estira regularmente:

    • Realiza estiramientos suaves del antebrazo antes y después de actividades físicas.

 

Ejercicios sencillos para recuperarte o prevenir la epicondilopatía

  • Extensión de muñeca con resistencia:

    • Sujeta una pesa ligera o una banda elástica y eleva la muñeca lentamente.
  • Estiramiento de extensores del antebrazo:

    • Extiende el brazo y usa la otra mano para doblar suavemente la muñeca hacia abajo.
  • Fortalecimiento excéntrico:

    • Con una pesa ligera, deja caer lentamente la muñeca hacia abajo mientras controlas el movimiento.

Cuida tus codos para una mejor calidad de vida

La epicondilopatía puede ser una condición limitante, pero con el tratamiento adecuado y algunos cambios en tus hábitos, es posible recuperar la funcionalidad del codo y prevenir futuras molestias. Recuerda que, aunque los síntomas puedan parecer leves al principio, es importante tratarlos a tiempo para evitar complicaciones.

Incorpora ejercicios preventivos, ajusta tus actividades y no dudes en buscar ayuda profesional si sientes dolor persistente. ¡Tus codos trabajan mucho por ti, cuídalos como se merecen!

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