Tendinitis rotuliana o Tendinopatía rotuliana

La tendinitis rotuliana, también conocida como tendinopatía rotuliana, es una lesión frecuente en deportistas y personas activas que realizan actividades con movimientos repetitivos que involucran la rodilla. Popularmente conocida como la «rodilla del saltador», esta lesión afecta el tendón rotuliano, una estructura clave que conecta la rótula con la tibia, permitiendo la extensión de la pierna y la absorción de impactos.

Si alguna vez has sentido dolor en la parte frontal de la rodilla, especialmente al saltar, correr o subir escaleras, este artículo te ayudará a entender qué es la tendinitis rotuliana, sus causas, tratamientos efectivos y cómo prevenirla.

 

¿Qué es la Tendinitis rotuliana?

Tendinopatía rotuliana

La tendinitis rotuliana es una lesión que afecta el tendón rotuliano debido a un uso excesivo, microtraumatismos repetidos o sobrecarga en la articulación de la rodilla. Aunque se denomina «tendinitis» por el componente inflamatorio inicial, en casos crónicos se habla de tendinopatía rotuliana, ya que los cambios estructurales en el tendón van más allá de la inflamación, incluyendo degeneración del tejido.

Este tendón desempeña un papel crucial en actividades que implican movimientos explosivos, como saltar o correr, por lo que es común en deportes como baloncesto, fútbol, voleibol y atletismo.

 

Causas de la Tendinitis rotuliana

Las causas de esta lesión pueden ser variadas, pero a menudo están relacionadas con un uso excesivo del tendón rotuliano. Algunas de las más comunes incluyen:

  1. Sobrecarga repetitiva:

    • Actividades que implican saltos, cambios de dirección bruscos o movimientos explosivos, como en baloncesto o fútbol.
  2. Falta de preparación física:

    • Músculos del cuádriceps y glúteos débiles, que aumentan la carga sobre el tendón rotuliano.
  3. Técnica deportiva incorrecta:

    • Una biomecánica inadecuada al correr, saltar o aterrizar puede generar un estrés adicional en el tendón.
  4. Postura o alineación deficiente:

    • Problemas como pies planos, valgo de rodillas (rodillas hacia adentro) o mala alineación entre la cadera y la rodilla.
  5. Superficies duras o calzado inadecuado:

    • Entrenar sobre superficies rígidas o usar calzado sin soporte adecuado puede aumentar la tensión en la rodilla.
  6. Falta de recuperación:

    • Entrenar sin respetar los periodos de descanso puede llevar a una sobrecarga acumulativa en el tendón.

 

Síntomas de la Tendinitis rotuliana

Los síntomas de la tendinitis rotuliana suelen aparecer de forma progresiva, agravándose con el tiempo si no se aborda adecuadamente:

  1. Dolor localizado en el tendón rotuliano:

    • Se siente en la parte inferior de la rótula, especialmente al realizar actividades físicas como saltar, correr o subir escaleras.
  2. Sensibilidad al tacto:

    • Dolor o incomodidad al presionar el tendón rotuliano.
  3. Rigidez matutina o después de inactividad:

    • La rodilla puede sentirse rígida después de periodos prolongados de descanso.
  4. Debilidad muscular:

    • Sensación de debilidad al extender la pierna o realizar movimientos que involucren la rodilla.
  5. Aumento del dolor con el esfuerzo:

    • Las actividades de alta intensidad pueden agravar el dolor.

Fases de la Tendinopatía rotuliana

Es importante entender las fases de esta lesión, ya que el tratamiento puede variar según el grado de afectación:

  1. Fase 1:
    • Dolor después de la actividad física, sin afectar el rendimiento.
  2. Fase 2:
    • Dolor durante y después de la actividad, con disminución del rendimiento.
  3. Fase 3:
    • Dolor persistente incluso en reposo, que limita las actividades diarias.
  4. Fase 4:
    • Ruptura parcial o completa del tendón, que requiere intervención quirúrgica.

 

 

Cómo ayuda la fisioterapia en la Tendinitis rotuliana

La fisioterapia es esencial para el tratamiento de esta lesión, ya que aborda tanto el alivio del dolor como la recuperación funcional del tendón. A continuación, se describen las técnicas más comunes:

  1. Terapia Manual

    • Masajes terapéuticos en el tendón y tejidos adyacentes para reducir tensiones.
    • Movilizaciones articulares para mejorar la mecánica de la rodilla.
  2. Ejercicios Terapéuticos

    • Ejercicios excéntricos: Fortalecen el tendón rotuliano alargando el músculo durante el esfuerzo, promoviendo la reparación del tejido.
    • Fortalecimiento del cuádriceps y glúteos: Mejora la estabilidad de la rodilla y reduce la carga sobre el tendón.
    • Propiocepción y equilibrio: Ejercicios en superficies inestables para optimizar la coordinación y prevenir recaídas.
  3. Electroterapia y Ultrasonidos

    • Reducen la inflamación y estimulan la regeneración del tendón.
  4. Punción Seca

    • Libera puntos de tensión en los músculos que influyen en la rodilla, como el cuádriceps.
  5. Ondas de Choque

    • Terapia avanzada que estimula la reparación del tendón mediante pulsos de alta energía.
  6. Educación en Técnica y Postura

    • Reentrenar la técnica deportiva para reducir el estrés en el tendón.

 

Consejos para aliviar y prevenir la Tendinitis rotuliana

Si ya estás lidiando con esta lesión o quieres evitarla, aquí tienes algunos consejos prácticos:

  1. Realiza un buen calentamiento:

    • Prepara tus músculos y tendones antes de cualquier actividad física con ejercicios dinámicos.
  2. Fortalece la musculatura:

    • Incorpora ejercicios para los músculos de las piernas y glúteos, que son clave para la estabilidad de la rodilla.
  3. Cuida tu técnica:

    • Aprende a aterrizar correctamente después de saltos, con las rodillas ligeramente flexionadas.
  4. Usa el calzado adecuado:

    • Opta por zapatillas que ofrezcan soporte y amortiguación adecuada.
  5. Escucha a tu cuerpo:

    • Si sientes molestias, reduce la intensidad de tus entrenamientos y busca ayuda profesional.
  6. Aplica frío tras el ejercicio:

    • Ayuda a reducir la inflamación en las fases iniciales.
  7. Introduce pausas activas:

    • Evita la sobrecarga realizando sesiones de descanso entre entrenamientos.

 

 

Ejercicios para la Tendinitis rotuliana

  1. Sentadilla Excéntrica

    • Utiliza una plataforma inclinada para facilitar el movimiento.
    • Realiza una sentadilla controlada, bajando lentamente y asegurándote de que el peso se mantenga en los talones.
    • Evita que las rodillas se desplacen demasiado hacia adelante para proteger la articulación.
  2. Estiramiento del Cuádriceps

    • De pie, lleva el talón hacia los glúteos sujetándolo con una mano.
    • Mantén la espalda recta y asegúrate de sentir el estiramiento en la parte frontal del muslo.
    • Mantén la posición durante 20-30 segundos y repite con la otra pierna.
  3. Elevación de Pierna Recta

    • Acuéstate boca arriba en una superficie firme.
    • Levanta una pierna extendida mientras mantienes la otra pierna doblada.
    • Este ejercicio fortalece los músculos del muslo sin ejercer presión directa sobre el tendón rotuliano.
  4. Plancha de Glúteos

    • Acuéstate boca arriba con las rodillas dobladas y los pies apoyados en el suelo.
    • Eleva las caderas hacia el techo, manteniendo el abdomen contraído y apretando los glúteos al final del movimiento.
    • Baja lentamente y repite varias veces.

Estos ejercicios deben realizarse bajo la supervisión de un fisioterapeuta o un profesional de la salud para garantizar una ejecución adecuada y evitar agravar la lesión.

 

Cuándo buscar ayuda profesional

Si el dolor persiste por más de dos semanas, interfiere con tus actividades diarias o empeora, es fundamental acudir a un fisioterapeuta. Un profesional puede realizar una evaluación completa y desarrollar un plan de tratamiento adaptado a tus necesidades.

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