La tendinopatía del tendón de Aquiles es una lesión común que afecta al tendón más fuerte y grueso del cuerpo humano. Este tendón conecta los músculos de la pantorrilla con el hueso del talón (calcáneo) y juega un papel fundamental en actividades como caminar, correr, saltar o ponerse de puntillas. Aunque es una estructura resistente, el tendón de Aquiles puede sufrir sobrecargas, microlesiones o desgaste, lo que provoca dolor, rigidez y limitación funcional.
En este artículo, profundizaremos en qué es la tendinopatía del tendón de Aquiles, sus causas, síntomas, tratamientos y estrategias preventivas para mantener esta importante estructura saludable.
¿Qué es la Tendinopatía del Tendón de Aquiles?
La tendinopatía del tendón de Aquiles es una condición que afecta a este tendón debido a sobreuso, degeneración o microtraumatismos repetitivos. Aunque a menudo se describe como «tendinitis» (inflamación del tendón), en casos crónicos es más adecuado hablar de tendinosis o degeneración del tendón, ya que la inflamación inicial puede evolucionar hacia un daño estructural.
Existen dos tipos principales:
- Tendinopatía insercional: Afecta la zona donde el tendón se une al hueso calcáneo.
- Tendinopatía no insercional: Ocurre en la parte media del tendón, aproximadamente a 2-6 cm por encima de su inserción.
Causas de la Tendinopatía del tendón de Aquiles
La tendinopatía del tendón de Aquiles suele desarrollarse por una combinación de factores, incluidos el uso excesivo, problemas biomecánicos y factores externos. Algunas de las causas más comunes son:
Sobrecarga repetitiva:
- Correr largas distancias, especialmente en terrenos irregulares o cuesta arriba.
- Saltos frecuentes en deportes como baloncesto o voleibol.
Cambios bruscos en la actividad física:
- Aumentar repentinamente la intensidad o duración del ejercicio sin una preparación adecuada.
Biomecánica inadecuada:
- Pies planos o arcos elevados que generan estrés adicional en el tendón.
- Desequilibrios musculares en la pantorrilla.
Calzado inadecuado:
- Usar zapatillas desgastadas o con poca amortiguación.
Falta de calentamiento o estiramiento:
- Iniciar actividades de alto impacto sin preparar adecuadamente los músculos y tendones.
Envejecimiento o desgaste:
- Con el tiempo, el tendón pierde elasticidad y resistencia, aumentando el riesgo de lesiones.
Exceso de peso:
- La obesidad puede aumentar la carga sobre el tendón de Aquiles.
Síntomas de la Tendinopatía del tendón de Aquiles

Los síntomas de la tendinopatía del tendón de Aquiles pueden variar según la gravedad, pero los más comunes incluyen:
Dolor localizado:
- Dolor en la parte posterior del talón o a lo largo del tendón, especialmente al caminar, correr o subir escaleras.
Rigidez matutina:
- Sensación de rigidez en el tendón al levantarse, que mejora con el movimiento.
Inflamación o engrosamiento:
- El tendón puede aparecer hinchado o más grueso de lo normal.
Debilidad muscular:
- Dificultad para ponerse de puntillas o realizar movimientos que involucren la extensión del tobillo.
Sensibilidad al tacto:
- Dolor al presionar la zona afectada.
Dolor con el ejercicio:
- Puede empeorar durante o después de actividades físicas.
Fases de la Tendinopatía
La tendinopatía puede progresar en tres fases, y es importante identificarla a tiempo para evitar complicaciones:
Fase aguda:
- Dolor inicial asociado con inflamación. Suele aparecer después de actividades físicas intensas.
Fase subaguda:
- Dolor recurrente con engrosamiento del tendón. Puede comenzar a limitar las actividades diarias.
Fase crónica:
- Degeneración del tendón con dolor persistente incluso en reposo. En esta fase, el riesgo de ruptura del tendón es mayor.
Cómo ayuda la fisioterapia en la Tendinopatía del tendón de Aquiles
La fisioterapia es esencial para tratar esta lesión, ya que aborda tanto el alivio del dolor como la recuperación funcional del tendón. Aquí te explicamos las técnicas más comunes:
1. Terapia Manual
- Masajes profundos:
- Ayudan a liberar tensiones, mejorar la circulación y reducir el engrosamiento del tendón.
- Movilizaciones articulares:
- Mejoran la mecánica del tobillo y reducen la carga sobre el tendón.
2. Ejercicios Terapéuticos
- Ejercicios excéntricos:
- Considerados el estándar de oro en el tratamiento de la tendinopatía. Consisten en alargar el músculo mientras se aplica tensión al tendón, promoviendo su reparación.
- Ejemplo: Realizar elevaciones de talón en un escalón, descendiendo lentamente.
- Estiramientos de la pantorrilla:
- Mantienen la flexibilidad del tendón y los músculos asociados.
3. Electroterapia
- Ultrasonido o láser:
- Ayudan a reducir la inflamación y estimular la reparación del tejido.
4. Ondas de Choque
- Utilizadas en casos crónicos para estimular la regeneración del tendón y reducir el dolor.
5. Punción Seca
- Libera puntos gatillo en la musculatura de la pantorrilla que pueden estar contribuyendo al dolor.
6. Educación en Técnica y Carga
- Enseñar al paciente cómo distribuir mejor la carga durante actividades físicas y corregir errores técnicos.
Consejos para prevenir la Tendinopatía del tendón de Aquiles
La prevención es clave para evitar esta lesión, especialmente si practicas deportes o realizas actividades de alto impacto. Sigue estos consejos:
Fortalece tus pantorrillas:
- Incorpora ejercicios de fortalecimiento excéntrico y concéntrico para los músculos sóleo y gastrocnemio.
Estira regularmente:
- Mantén la flexibilidad de los músculos de la pantorrilla con estiramientos diarios.
Aumenta la carga progresivamente:
- Evita incrementar la intensidad o duración del ejercicio de forma brusca.
Usa el calzado adecuado:
- Elige zapatillas con buena amortiguación y soporte para actividades físicas.
Incluye pausas activas:
- Alterna periodos de actividad con descansos para evitar la sobrecarga.
Realiza un buen calentamiento:
- Antes de cualquier actividad física, prepara tus músculos y tendones con ejercicios dinámicos.
Evita terrenos irregulares:
- Siempre que sea posible, corre o camina en superficies planas.
Ejercicios para la Tendinopatía del tendón de Aquiles
1. Elevaciones de Talón Excéntricas
- Coloca la parte delantera del pie en un escalón y eleva ambos talones.
- Baja lentamente solo con la pierna afectada.
2. Estiramiento de Sóleo
- Apoya las manos en una pared y adelanta una pierna ligeramente flexionada mientras mantienes la otra detrás, también flexionada. Siente el estiramiento en la parte baja de la pantorrilla.
3. Caminata de Talones
- Camina lentamente apoyando solo los talones. Este ejercicio fortalece los músculos estabilizadores del tobillo.
Cuándo buscar ayuda profesional
Si el dolor persiste durante varias semanas, empeora con el tiempo o limita tus actividades diarias, es fundamental buscar atención profesional. Un fisioterapeuta puede realizar una evaluación completa y diseñar un plan de tratamiento adaptado a tus necesidades.
Cuida tus talones para mantenerte activo
La tendinopatía del tendón de Aquiles puede ser una lesión frustrante, pero con un enfoque adecuado y algunos cambios en tus hábitos, es posible recuperarte completamente. Prioriza el fortalecimiento, el estiramiento y la técnica en tus actividades para proteger este importante tendón.
Recuerda que la prevención y la atención temprana son clave para mantener tu calidad de vida. ¡No ignores los primeros síntomas y empieza a cuidar tus talones hoy mismo!